sábado, 26 de febrero de 2011

Soldados, Trompetas.



La inquietud sucumbe ante la estrategia,
Soldados de dos armas, enmascarados,
Y con trompetas.

Adelantan tranquilamente latidos de corazones desesperados,
Marcando con especial censura un respirar inhumano.

Soldados de trompetas taciturnas,
Que no anuncian un despertar,
Sino un desfallecer  en manos,
En manos de alguien que no es tu amigo.

Locuras que de repente son ciertas,
Y de casualidad parecerían ilusiones.
Tristeza que enmascara la alegría
De ver desfallecer la vida misma.

Trompetas soldadas en señal de buena ventura,
Pero propician la muerte de algunos,
Que son como yo pero que no se parece a mí.

Que belleza tan absurda,
Verme perseguir a alguien que no soy yo,
Para morir a mí mismo,
Tratando de hacer un mundo mejor.

Locura de soldados y trompetas que no son de libertad,
Pero aun así liberan.

Un par de salidas.



Sumergido entre un mar de locura y ficción,
Entretenido entre una estancia irreal y absoluta,
Comandada por un caballo que poco a poco galopa,
La locura cabalga en busca de un par de salidas.

Una esperanza sin vida,
La angustia aumenta,
Los ritmos se aplacan,
Y mi esperanza mengua.

¿Qué cosas te traerá el camino? Se pregunta.
Mejor cabalgo inmóvil en un sitio,
Con los ojos cerrados,
Y el corazón embelesado.

Una esperanza sin vida,
La angustia aumenta,
Los ritmos se aplacan,
Y mi esperanza mengua.

Tal vez la desventura me traiga fortuna, se dice.
Tal vez ser lo que soy me hace menos ser lo que soy,
¡Me gasto siendo!

Integrada o desparramada,
La locura inmóvil se mueve,
Entre dos caminos confusos y un par de salidas inseguras.

miércoles, 16 de febrero de 2011

El joven viejo y la estrella.



Cuenta una vieja leyenda que un buen muchacho, joven e impetuoso, pidió un consejo a uno de los sabios del pueblo, un consejo que marcaria su vida para siempre.

Aquel joven pregunto- ¿Cómo puedo tener las mayores riquezas del mundo?
Lograras tener todas las riquezas del mundo si logras tener una estrella- contesto el viejo sabio.

El joven se retiro algo confundido, casi aturdido y desilusionado por aquella respuesta.
Tras haber meditado poco tiempo, decidió estudiar el universo y sus constelaciones, para ver qué próxima estrella, fugas o eterna, caería a la tierra y así poderla tener.

Pasaron los años, el joven ya  no era tan joven, pero aunque conocía los secretos más grandes del espacio estrellado y había visto caer varias estrellas, aun no habían desaparecido de su mente aquellas escasas pero profundas palabras.

Seguían pasando los años y el joven, luego adulto, ya era más viejo; ya había blanqueado su cabello, ya se había encorvado su espalda, su salud no era la misma y no podía dejar de recordar todos los días y todas las noches aquellas ahora borrosas palabras. ¿Cómo puedo tener las mayores riquezas del mundo? Lograras tener todas las riquezas del mundo si logras tener una estrella.

Ya viejo, enfermo y tendido en su lecho, a punto de recibir un congelado abrazo del crepúsculo más oscuro de su vida. Llamo a sus hijos ante su presencia y les dijo:

Siento que he creado una bella familia, he cosechado grandes frutos, he elaborado prosperidad y riqueza para mi familia y mi pueblo pero, algo aun no me deja descansar, aun no tengo una estrella.

Al escuchar esto, una pequeña niña se acerca a la cama, y el viejo le dice:
Pequeña Sirah, ¿qué me quieres decir?

Abuelo - contesta la niña - ¿para qué quieres una estrella? ¿Para qué te de luz, y para guiarte hasta el cielo como nos has guiado a nosotros en nuestros caminos?

Pues hija mía- respondió el abuelo- ya no se para que quiero una estrella, si tengo lindas personas como tú a mi lado.
 
Al terminar de decir esto, se rebeló ante el viejo una idea que él ya conocía, pero que no quería aceptar; y dijo: hacer mía una estrella no es encarcelar una tenue luz en las paredes de mi corazón...es hacer brillar cada momento a que mi corazón da vida...con Paz, Serenidad y Amor. Esa es la riqueza que siempre quise y que por amor encontré. Gracias Sirah.

lunes, 14 de febrero de 2011

Desángrate Ego



Es un deseo que solo al olvidar puedo dejar de desear,
Es una tristeza que solo al llorar puedo dejar de pensar,
Que me mira, que me habla, que me toca.

Vive, vive me dice,
Pero yo siento que muero cada día mas.
Cambia, cambia me dice,
Pero yo siento que muero e intento despertar.

Dejar de sangrar es una cosa que no sé cómo lograr,
Las lagrimas en mi mismidad destrozadas,
Tragadas cual ancho mar es tragado al océano.
Transformadas cual luz de sol se somete a nuestro cielo.

Lucho, lucho por cambiar,
 Sin morir en el intento,
Lloro, lloro por cambiar
Y no perderme en el intento.

Destrozado Ego,
Cual bestia lanzada al averno,
Es soltada a su destino,
Cambiar.
Y luchar por seguir siendo él mismo,
Sin morir en el intento,
Sin cambiar en su tormento.

Ego,
Cuando aprenderé que soy más que lo tu me haces?
Cuando aprenderé que soy menos de lo que tu me aparentas?
Ego, cuando aprenderé que no soy tu, ni eres lo que soy.
Ego, desángrate y cambia; que intento vivir.