Tal vez por cosas del destino,
Naci un poco desahuciado de felicidad,
Condenando a buscarla en todo lugar,
Luchando por encontrarla en cada verdad.
Me vi envuelto en mil incertidumbres,
Confundido en un remolino de pasiones,
Desdichado luchando por ver mas allá,
De la poca felicidad que me toco tocar.
Siento en cada paso un desaliento,
Una tristeza a que no logro escapar,
Por eso recurro en un nuevo intento,
Una búsqueda en vida de las gotas de felicidad.
Prometidas por las huellas que la naturaleza ha dejado,
En plantas que antes sagradas ahora son mundanas,
Convertidas sin vida en algún pobre polvo,
Que inyectado me hace sentirme bien creado.
Recurrí a esto más de mil veces,
Pero por cosas de esto mismo,
Cada vez estoy más triste,
Cada vez más irreal.
Lucho, lucho por encontrar,
Pequeñas gotas de felicidad,
Que inyectadas en mis venas me hacen pensar,
Que vale la pena continuar, vale la pena continuar.
Hasta que mi corazón ya no pueda mas,
Intoxicado por lágrimas de felicidad mundana,
Decida dormir un día más de la cuenta,
Muriendo en felicidad, viviendo un maltratado respirar.
Solo sabe aquel que sabe,
A dónde llegan estas gotas de felicidad,
Que opacan mi gran tristeza,
Y dejo de sentir mi pesar.
Pequeñas lagrimas de felicidad.