Un corazón triste y sombrío,
Que se yergue en medio del vacío,
Esperando una repuesta,
Ser querido.
Un corazón roto y sin brillo,
Desesperado por el mal que lo apena,
Espera en lo oscuro del pecho casi muerto,
De aquella dama en espera.
Sombrío, triste y sin sentido,
Gira su mundo al revés,
Esperando desde afuera,
Aquella esperanza con pies.
Blanco y resplandeciente,
Se imagina su candor,
Luchando por salvarla, fuerte,
Contra el viento y su señor.
Lo que ella no sabe, espera,
Es una frio candado azul,
Que la amarra al aquí afuera,
Dejando su mundo sin luz.
Desesperada ella consigue,
Su amado príncipe así,
Destronando de una cortada,
Su amada vida infantil.
Suenan, suenan las campanas,
En señal de aclamación,
La virgen por fin se corrompe,
Regala amor a su amor.
Triste, triste sigue y vuela,
Una triste esperanza cruel,
Ya no lo ama, está cansada,
Espera un hijo de él.
Sigue su marcha nefasta,
Buscado su verdad allí,
En donde la piel siente tristeza,
Por no despertar a sí.
Envejece, se envejece,
Su cara marchita ya está,
Muestra sus desventuras,
Su amarga espera allí está.
Siendo ya casi de noche,
Su vida promete fallar,
Sigue la vieja ya sola,
Su amanta con ella no está.
Triste y amargado desprecio,
Por la vida le ha de llegar,
Siente morir ya sus sueños,
De una verdad sin igual.
Sueña. Un sueño le revela,
Que su tiempo perdido esta,
Ella se ve con los perros,
Esperando comida, no más.
Siente de pronto un impulso,
Que le hace sollozar,
Su triste vida le muestra,
Que todo en ella esta.
Ve la realidad diferente,
Siente su brillo llegar,
Comprende el amor de repente,
Que todo en ella esta.
Ve el devenir de la vida,
Ya es tarde no hay mas,
Sus ojos se apagan lentamente,
Su alma se abre al amar.