¿Cuando el amor se volvió una decepción?
¿Cuándo el querer se convirtió
en suspiro?
¿Cuándo tu compañía ya no me
fue grata?
Quisiera saberlo para luego
olvidarlo.
Las sabanas siguen siendo
heladas,
Los días pasajeros,
Las noches desoladas,
Tú presencia un misterio.
De la erógenidad pasamos al
acto,
Del acto al receso,
Del receso a la rutina,
De la rutina al forcejeo por recuperarlo todo.
Recordando advertí,
Que las cosas ya no eran interesantes,
Que mi vida se había extinguido
poco a poco,
Mientras tú te esforzabas por
ocultar tus errores y yo lo míos.
Y lo siento diferente,
Era más un envoltorio de plástico,
Que recubría tu humanidad,
Estéril y sin gracia.
Y yo era diferente,
Deseaba recuperar la dulzura,
La originalidad de
descubrirnos todos los días,
En un acto de simple creación.
No digo que sea tu culpa,
O la mía,
Solo digo que el tiempo no pasó
en vano,
Dejo heridas que él mismo no
puede curar.
Pero ¿Cómo me herí?
¿Cómo fue que llegamos a esto?
Las mismas preguntas,
Quizás sin respuestas más
sensatas que lo que justifica nuestra humanidad.
Heridas mutuas, heridas de
amor.